ISBN, el rey de los metadatos

Por Adriana Ortega / Abril 20, 2022

El ISBN está por cumplir 60 años en 2025 y pareciera una evidencia en el mundo editorial como EL identificador por excelencia del sector…pero, ¿estás seguro que entiendes la importancia de este metadato, su anatomía y su razón de ser?
Arrancamos nuestro blog contándote cómo un pequeño número de identificación revolucionó al mundo del libro y cómo nos puede hacer la vida más fácil.

Significado

El ISBN (International Standard Book Number - Número Internacional Normalizado del Libro) es un identificador internacional único que se asigna a las publicaciones monográficas. Se trata de una convención esencial del sector para la producción, la distribución, los análisis de ventas y los sistemas de almacenamiento de datos bibliográficos en el comercio del libro.

Historia del ISBN: la unión hace la fuerza

El ISBN llegó al mundo editorial en 1960 por una razón muy práctica. Se necesitaba un identificador que sirviera a una multiplicidad de actores como guía para navegar dentro del ancho mundo del libro. En aquella época, en la cual solo hablábamos de libros impresos, esto significaba una mejor manera de que todos los actores pudiéramos hablar inequívocamente sobre el mismo libro, desde el autor hasta el cliente, pasando por el editor, el impresor, el distribuidor, el almacenista, el encargado de inventarios y los libreros en el punto de venta.

Si el libro existe desde hace tiempo y si existen tantas tradiciones editoriales diferentes, ¿cómo es posible que el uso de este esquema estándar se haya extendido en unas cuantas décadas por todo el mundo?

A mediados de la década de 1960, cuando la tecnología informática comenzó a revolucionar los procesos comerciales, los editores decidieron implementar sus propios sistemas de numeración internos para hacer negocios de manera eficiente con sus socios comerciales. En 1966, la editorial londinense J. Whitaker & Sons Ltd fue la que dio un paso decisivo en el uso de un número identificador.

Simultáneamente, en Reino Unido, el principal mayorista y minorista de libros W.H. Smith se mudó a un nuevo almacén computarizado, una medida muy innovadora en un sector acostumbrado a un gran esfuerzo manual. Su intención era encontrar una numeración estándar para los libros que transportaba. El interés de W.H. Smith por los incipientes sistemas de numeración como el de J. Whitaker & Sons fue determinante para la implementación de un esquema de identificación de libros a nivel nacional.

El fruto de intensos grupos de trabajo que incluían a consultores universitarios, al Comité de Métodos y Distribución de la Asociación de Editores Británicos y a otros expertos en el comercio de libros del Reino Unido fue el sistema de numeración estándar de libros (SBN) en 1966 y, para finales de 1967, se logró que todos los libros de Reino Unido tuvieran su SBN.

La iniciativa británica levantó interés en otros mercados internacionales del libro. Y fue así como el Comité Técnico de Documentación (TC 46) de la Organización Internacional de Normalización (ISO) creó un grupo de trabajo para investigar la posibilidad de adaptar el SBN británico para uso internacional.

En 1968 se celebró en Londres una reunión con representantes de Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, los Países Bajos, Noruega, el Reino Unido, los Estados Unidos de América y un observador de la UNESCO. Otros países contribuyeron con sugerencias y expresiones de interés por escrito.

Al final de esta reunión, se distribuyó a todos los países miembros de la ISO. Los comentarios sobre este informe y las propuestas posteriores se consideraron en las reuniones del grupo de trabajo celebradas en Berlín y en Estocolmo en 1969. Como resultado del pensamiento de todas estas reuniones, el Número Internacional Normalizado de Libros (ISBN) fue aprobado como norma ISO en 1970, y se convirtió en ISO 2108.

El ISBN ha sido reconocido internacionalmente como el sistema de identificación de la industria editorial y del comercio del libro. Este número identificador acompaña a las publicaciones monográficas desde su producción, durante todo el período de suministro y de la cadena de distribución.

El ISBN es un elemento clave en los sistemas de pedido e inventario para editoriales, librerías, bibliotecas y otras organizaciones. Es la base para la recopilación de datos sobre ediciones de publicaciones monográficas, nuevas y de próxima publicación, en directorios comerciales, para todo el comercio del libro. La utilización del ISBN también facilita la gestión de los derechos y el seguimiento de las cifras de ventas en la industria editorial.

El estándar original ha sido revisado a medida que el libro y el contenido similar a un libro aparecieron en nuevos formatos, pero la estructura básica del ISBN, tal como se definió al principio, no ha cambiado sustancialmente y se usa hoy en día en más de 150 países. Actualmente, las Agencias ISBN de todo el mundo están administradas por la Agencia Internacional ISBN, ubicada en Londres, Reino Unido.

Al día de hoy, el sistema de asignación de ISBN es reconocido en cerca de 170 países, regiones geográficas o lingüísticas alrededor del mundo.

El ISBN en Latinoamérica

Una vez que el ISBN fue reconocido por la ISO, la historia de este número estandarizado continuó con la creación de las distintas agencias nacionales de ISBN en el mundo. En el contexto iberoamericano del libro no fue una casualidad que las primeras cuatro naciones que utilizaron el ISBN son las que tienen un sector editorial más fuerte: España abrió su agencia en 1972, México lo hizo en 1977, Brasil en 1978 y en Argentina fue hasta 1982. En los otros países de la región, el CERLALC ha jugado un papel importante para promover su implementación entre los países integrantes.

El caso de México resulta particular, tal como menciona el investigador Fernando Cruz Quintana:

“México fue el primer país de América Latina que comenzó a gestionar el registro de ISBN, actualmente esta labor se lleva a cabo mediante el Instituto Nacional de Derechos de Autor (Indautor), situación que resulta excepcional cuando se compara con el caso de otras naciones de la región: el caso mexicano es el único en donde la asignación del ISBN depende directamente de una oficina responsable de salvaguardar los derechos autorales de los creadores de la nación. Del total de los países iberoamericanos, en 62% de ellos el trámite de este código estandarizado es responsabilidad de instituciones públicas y en 32% de privadas. En el primer caso, es casi siempre la Biblioteca Nacional de las diferentes naciones la encargada de hacer este procedimiento; y en el caso de las segundas, es por medio de las asociaciones gremiales o cámaras del libro.”

En su más reciente informe sobre los ISBN otorgados en México durante 2021, la CANIEM destacó las siguientes cifras:

  • Las editoriales solicitaron 13,694 ISBNs lo que representa el 56,9 % del total de identificadores solicitados.
  • Las universidades públicas, privadas e institutos de enseñanza superior solicitaron 5,349 ISBNs esto representa el 22,2 %.
  • De los ISBNs solicitados, 9,114 fueron otorgados para publicaciones impresas de editoriales y 2,621 para publicaciones impresas de las universidades.
  • Para publicaciones digitales, las editoriales solicitaron 4,580 ISBNs y las universidades solicitaron 2,728.

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