Portada o cubierta: el atuendo de los libros

Por Adriana Ortega / Febrero 16, 2023

Hemos oído muchas veces que no se debe juzgar a un libro por su cubierta, sin embargo, también sabemos que de la vista nace el amor. La finalidad primaria de las cubiertas de los libros ha cambiado mucho desde sus orígenes: de una capa de protección a un elemento visual que conecta con el lector. Hoy por hoy, la cubierta es un metadato crucial para potenciar el descubrimiento de los libros.

Orígenes y evolución

Durante cientos de años, el uso de la cubierta de libro funcionó como dispositivo protector de las páginas, manteniéndolas unidas mediante la encuadernación. El único propósito estético de una cubierta de libro era ser un atributo decorativo para un objeto cultural. Se tenía en cuenta el diseño de la cubierta de un libro, pero no se diseñaban para apoyar la comercialización del contenido. Hoy en día, las cubiertas de los libros son un elemento crucial y complejo de mercadotecnia.

Jhumpa Lahiri menciona en su libro El atuendo de los libros dicha complejidad de función: «El propósito de la cubierta es ahora más complicado. Hoy sirve para identificar el libro, para insertarlo en un estilo o en un género. Para embellecerlo, para hacerlo más eficaz en el escaparate de una librería. Para intrigar al paseante y atraerlo al interior de la tienda a fin de que lo tome y lo compre. En cuanto el libro tiene su cubierta adquiere una nueva personalidad. Por lo tanto, expresa algo, aun antes de ser leído —de la misma manera que la ropa comunica algo de nosotros antes de que hablemos».

El diseño de la cubierta muestra en nuestros días, diferentes visiones editoriales de cómo debe de ser comercializado un libro, que varían según el género, país o lengua en que se publique. Con una mayor producción de títulos, la competencia se vuelve cada vez más ardua y las portadas son más cruciales que nunca como gancho visual en las plataformas y librerías en línea. Un diseño descriptivo y atractivo puede aumentar las ventas y crear interés por la lectura.

Si bien es cierto que la cubierta es un elemento gráfico que conecta con el lector como ningún otro, aún faltan más estudios que nos informen a detalle sobre cómo este elemento gráfico conecta concretamente con los lectores. El estudio Choosing a book by its cover: Analysis of a reader’s choice realizado en 2017 por dos académicos de la Universidad de Vilnius, en Lituania, demostró que la elección de un libro en una tienda web puede estar influida, al menos en parte, por el color de la cubierta. Otro dato interesante que se desprende de dicho estudio es que el tiempo de análisis de una portada varía entre hombres y mujeres en una tienda web.

Diferencia entre cubierta y portada

Antes de continuar, detengámonos en una pequeña precisión de vocabulario. Portada y cubierta ¿significan lo mismo? Hoy en día, muchas personas, incluso profesionales del sector, usan los términos indistintamente. Sin embargo, la diferencia entre ellos es que la cubierta se encuentra en la zona exterior y la portada en el interior del libro.

La cubierta suele ser de un material más duro que los pliegos (o tripa). Sus elementos característicos son: el título de la obra, su autor, e ilustraciones o diseños para hacerlo identificable y atractivo. A la cubierta frontal se le llama también carátula o tapa anterior y a la cubierta posterior, contracarátula o tapa posterior. Es muy común que se le diga portada a la cubierta (y contraportada a la contracubierta), lo que genera confusión con la página del libro que lleva este nombre.

La portada, como hemos mencionado, se encuentra al interior del libro, después de la portadilla o anteportada, que es la primera página impresa del libro y en la que suele figurar solo el título de la obra. La portada por lo general se encuentra en la página 3 o 5 de un libro y puede contener los siguientes elementos: nombre del autor, título, subtítulo, alguna mención a la característica de la edición, logo y nombre de la editorial. Algunas portadas muestran incluso el año de la publicación de la obra (aunque esto ha caído en desuso) y el nombre de otros colaboradores como el editor literario, el compilador o el traductor.

En resumen, solemos llamar erróneamente portada a la cubierta frontal del libro. Esta confusión no se da en otros idiomas. El alemán, el inglés y el francés, por ejemplo, tienen términos bien distintos para los dos elementos del libro y no se usan como sinónimos.

Español

Francés

Inglés

Alemán

Cubierta

Couverture

Book cover

Buchdeckel

Portada

Feuille de titre

Title page

Titelblatt

¿De dónde viene la confusión? Algunos especulan que se originó por la familiaridad con otro tipo de publicaciones que no poseen una cubierta, como las revistas o los periódicos. En ellas, la portada corresponde directamente a la primera página. En el caso de las publicaciones electrónicas ¿podemos hablar de cubierta? Algunos mencionan que no, puesto que las publicaciones electrónicas carecen de materialidad, y la cubierta ya no cumpliría la función de protección que tiene en un libro impreso.

Si bien en el día a día, la mayoría de las personas entenderán que al referirse a la portada, en realidad estamos hablando de la cubierta frontal, no está de más conocer la diferencia, sobre todo al tratar con un impresor o con el diseñador editorial.

La presencia de la cubierta se traduce en mayores ventas

Varios estudios dan evidencia de que la imagen de cubierta es crucial para dar más posibilidades a un título de desarrollarse mejor en ventas. Por ejemplo, según un estudio llamado Los metadatos venden libros, realizado en Alemania por MVB y la Sociedad para la investigación del consumo en 2014, agregar la imagen de la cubierta a los metadatos de un libro incrementa las ventas en un 48%.

El estudio La importancia de los metadatos para el descubrimiento y las ventas de libros, realizado por Nielsen en 2016, para los mercados del libro británico y estadounidense, llegó a una conclusión similar: tan sólo la presencia de la imagen de cubierta implica un aumento en las ventas del 51% con respecto los títulos que no la muestran.

Otro estudio más reciente, realizado por la misma empresa en 2020, concluye que los libros que contaban con la imagen de cubierta vendieron el doble de ejemplares que los que carecían de ella.

Por todo esto, procura mandar archivos de imagen de buena calidad a tus socios comerciales, sobre todo en el caso de las cubiertas.

La estandarización de las cubiertas

En la actualidad, las editoriales invierten mucho tiempo en ajustar el archivo original de cada una de las imágenes de sus cubiertas a los criterios de cada uno de sus socios comerciales. En ocasiones cada plataforma y librería pide sus propias medidas y formatos.

Cuando la editorial cuenta con una solución centralizada de metadatos, como Metabooks, goza de beneficios como la estandarización de las imágenes que disminuyen el trabajo manual de su equipo.

Por ejemplo, el sistema convierte automáticamente los archivos de imagen que se mandan en formato PNG o TIFF al formato JPG, de uso más común. Metabooks también guarda las características de este archivo (las dimensiones de alto y ancho, el tamaño del archivo, etc.) y las agrega a los metadatos que envía a las librerías. De este modo, la librería siempre está segura de que las imágenes que están en Metabooks tienen una buena calidad para aparecer en sus sitios web.

Metabooks también ahorra tiempo y esfuerzo a ambas partes de la cadena comercial al entregar las imágenes a los libreros o plataformas en cuatro formatos diferentes: pequeño, mediano, grande y el archivo con el tamaño original que subió la editorial al sistema. Esto es muy útil para mostrar miniaturas del producto o poder realizar acercamientos para que el cliente pueda apreciar los detalles si la tienda web lo permite.

En suma, en Metabooks puedes cargar cubiertas de calidad y la estandarización de metadatos ahorra esfuerzo a toda la cadena comercial.

Requerimientos para las imágenes de cubiertas en Metabooks

Los requerimientos para cargar las imágenes de las cubiertas en Metabooks son los siguientes:

  • Dimensiones necesarias: mínimo de 400 px por el lado más grande (es decir, 400 px de alto o 400 px de ancho (si el libro es apaisado)
  • Resolución: al menos 72 dpi
  • Tamaño de archivo menor a 5MB
  • Formatos aceptados: .jpg, .png, .jpeg, .gif, .tiff. (de preferencia .jpg)
  • Sistema de composición de colores aceptado: RGB o CMYK (de preferencia RGB)

Si el archivo de imagen por la editorial no cuenta con estos requerimientos, el sistema avisará al usuario que la cubierta no pudo ser cargada y la razón. Es probable que los requerimientos de las cubiertas en Metabooks cambien en un futuro, dependiendo de la evolución de los requerimientos de los principales actores del canal librero.

¿Y cómo se deben nombrar los archivos?

Una buena práctica de metadatos indica que las cubiertas deben nombrarse con los 13 dígitos del ISBN más la extensión del formato del archivo. Por ejemplo: 9789962710349.jpg

Esta manera de nombrar tus archivos es crucial, sobre todo si deseas cargar varias cubiertas de manera masiva a través de FTP.

No olvides poner empeño en dotar a tus socios comerciales de imágenes de cubierta de buena calidad. Una imagen “pixeleada” o de mala calidad, no le hará honor ni a tu título ni al trabajo de tu editorial. Si bien es cierto que un potencial lector sopesa varios elementos al momento de decidir la compra de un libro, a veces, una imagen, vale más que mil palabras.